Lo que realmente hace el católico es amar, para que la fe y religión sea el amor: Sigifredo Noriega Barceló

Sigifredo Noriega Barceló, obispo de la Diócesis de Zacatecas.
Sigifredo Noriega Barceló, obispo de la Diócesis de Zacatecas.

ZACATECAS.-  Ser cristiano no significa portar una cruz como distintivo, pues lo que realmente hace el católico es amar, para que la fe y religión sea el amor y no signifique una esquela de prohibiciones solamente, dijo Sigifredo Noriega Barceló, durante la misa dominical del quinto domingo de Pascua en la Catedral Basílica. El obispo … Leer más

ZACATECAS.-  Ser cristiano no significa portar una cruz como distintivo, pues lo que realmente hace el católico es amar, para que la fe y religión sea el amor y no signifique una esquela de prohibiciones solamente, dijo Sigifredo Noriega Barceló, durante la misa dominical del quinto domingo de Pascua en la Catedral Basílica.

El obispo de Zacatecas, puntualizó que el amor de cada día debe traducirse y expresarse de diferente manera, de cómo debe mostrarse iniciando por el respeto a la dignidad propia y a otras personas, pues de no tenerlo surgen las violencias y la corrupción en las relaciones humanas.

Otra forma es la solidaridad acercándose y apoyando a las personas vulnerables, sin esperar nada a cambio. Pues Cristo no se quedó en la cruz con los brazos cruzados, fue con los brazos abiertos para abrazar a todos.

La empatía debe ser otro valor, pues se debe entender la situación de los demás, los hijos, entender a los padres y viceversa.

“Ponte en el lugar de la otra persona. Son tres formas, no las únicas, respeto, solidaridad y empatía, que se note que somos cristianos, si lo aplicamos habrá paz y justicia”, señaló. Y esto, desarrolla la justicia y el amor social, a la cual llama el Papa Francisco, la amistad social.

Recordó que el 15 de mayo se recuerda a San Isidro Labrador, y en su tierra natal se realizaban las fiestas patronales en su honor. Sobre él, contó que en el siglo 12 el promedio de vida era hasta los 35 años, y el santo falleció a la edad de los 90 años.

A la fecha, ya se han cumplido 14 años de que fue canonizado junto con Santa Teresa, San Ignacio de Loyola entre otros, que han dejado huella en la iglesia en la historia de la civilización.