Llama Obispo Sigifredo a mantener encendida la lámpara de la fe

Sigifredo Noriega Barceló, obispo de Zacatecas. | Foto: Cortesía.
Sigifredo Noriega Barceló, obispo de Zacatecas. | Foto: Cortesía.

Añadió que nuestro mundo material se basa en apariencias y es común que en él las personas se queden sin aceite.

ZACATECAS.- El Obispo de la Diócesis de Zacatecas, Sigifredo Noriega Barceló, realizó la cita bíblica de las hijas de Zion, que se preparan para recibir en matrimonio a su marido: “Estén preparados, porque no saben ni el día ni la hora en que vendrá el señor”, citó el purpurado ante los feligreses reunidos en la Catedral basílica de Zacatecas el mediodía de este domingo.

Sigifredo Noriega indicó que los seres humanos actuales deben esperar el encuentro final

“esperamos la venida del esposo, del cual nos habla el salvador y recordemos que estamos en la últimas jornadas del tiempo ordinario, por lo que debemos buscar el sentido de la vida y el sentido de la esperanza y la fe”.

Ante la parábola bíblica, el Obispo indicó que los seres humanos tienen actitudes por medio de las cuales deben preguntarse si somos personas sabias o somos personas necias para el caso de mantener encendida las lámparas de su fe ante la llegada del señor.

“En esa parábola, cinco de las hijas de Zion fueron previsoras y las otras cinco no, pero en el caso de las primeras, ellas estaban preparadas pues tenían aceite para cuando se les fuera a terminar; en cambio, las necias no llevaron el aceite suficiente para que en la espera no se les acabaran ni la fe ni la esperanza”.

Indicó que ese aceite tiene el significado de la esperanza, la sabiduría y la fe, que aunque no se ve, como en el caso de la espiritualidad, permite prender la lámpara para que se mantenga encendida hasta la llegada del esposo.

“Las necias se fueron por la apariencia y estaban vacías, lo cual nos da el sentido final de la vida para saber si somos sabios o necios”.

Añadió que nuestro mundo material se basa en apariencias y es común que en él las personas se queden sin aceite.

A tres domingos del inicio de un nuevo año litúrgico, dijo que lo deseable es “tener sed del señor y llevar una vida espiritual sólida en los tiempos por venir”.




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