Fallas para el bienestar

Dentro de las nuevas políticas sociales del Gobierno de la República se encuentra la denominada Beca Universal para Estudiantes de Educación Media Superior “Benito Juárez”, la cual es ejecutada por la Secretaría del Bienestar y que a través de una beca mensual de 800 pesos, aproximadamente, pretende garantizar la permanencia de los jóvenes en nivel … Leer más

Dentro de las nuevas políticas sociales del Gobierno de la República se encuentra la denominada Beca Universal para Estudiantes de Educación Media Superior “Benito Juárez”, la cual es ejecutada por la Secretaría del Bienestar y que a través de una beca mensual de 800 pesos, aproximadamente, pretende garantizar la permanencia de los jóvenes en nivel preparatoria.

La eficiencia sobre los programas de transferencia directa de recursos económicos, como este programa, pudiera ser muy debatida, hay casos en algunos países que han demostrado ser efectivos mientras que por otro lado existe la crítica sobre el asistencialismo que puede generar dichas acciones, que, por cierto, en el caso específico de las Becas Benito Juárez es uno de los programas más populares del actual gobierno.

Sin embargo, el objetivo de esta opinión no está en analizar la efectividad o no de estos programas públicos, pero si en señalar las grandes fallas que durante la implementación del programa se ha exhibido por lo menos en nuestro estado y en particular con los estudiantes beneficiarios dentro de la Preparatoria de la UAZ.

De propias palabras del presidente de la República se ha señalado que todos estos apoyos se otorgarán de manera directa por el mismo Gobierno, sin intermediarios ni mediación alguna, esto con el fin de garantizar su asignación directa para evitar “moches” y con ellos evitar la corrupción. Y así ha sido, pues se ha marginado a las instituciones educativas a meros receptores de quejas y dudas que el programa ha generado.

Pero el gran problema ha surgido, producto de esa centralización y concentración de acciones, a que hasta hoy las Becas Benito Juárez se han caracterizado por su ineficacia tanto en la asignación como en la entrega de las mismas. Para empezar dicho programa sigue sin tener reglas de operación claras, y a pesar de que se presume como un programa universal, no se ha logrado cubrir con la totalidad de beneficiarios, para muestra de ello no existen ni siquiera datos que transparente de manera objetiva sus alcances y/o logros.

Cabe señalar que para el Presupuesto 2020 este programa tiene un fondo de casi 29 mil millones de pesos, un aumento respecto a este año del 67.8%; pero el problema, evidentemente, tampoco reside en la limitación de recursos sino en la forma en que estos se asignan.

Con otras intenciones que van más allá que la entrega de la beca en sí, el próximo 3 de diciembre se estará realizando un evento masivo, que emulan las acciones clientelares y electoreras del viejo PRI y que abusa de manera dolosa de los intereses y necesidades de los estudiantes, pues ni siquiera se tiene claridad sobre el monto que habrán de recibir ni quienes serán los beneficiaros, en cambio sí se requiere la necesaria y obligada asistencia de todos los estudiantes, aproximadamente 6 mil 700 alumnos de las preparatoria locales de la UAZ.

Aunado a ello, es necesario señalar que el semestre prácticamente ha finalizado, y a estas alturas aproximadamente el 30% de los alumnos inscritos y censados en el programa (agosto 2018) están por reprobar o han tenido ya que abandonar sus estudios por un sinfín de razones. Muestra de que el programa simplemente no ha logrado ni siquiera atacar el problema de deserción ni mucho menos de motivación para que los jóvenes sigan estudiando.

Es lamentable que, a pesar del discurso oficialista, hoy siga prevaleciendo los intereses políticos antes que el apoyo oportuno y eficaz a la población, en este caso a los estudiantes, pues en este momento no solo fracasa el objetivo del programa si no que se presta a ser un generador más de desigualdad y clientelismo electoral.




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