Consagran al Niño Dios gigante en Zóquite

Lleno total en el templo nuevo
Lleno total en el templo nuevo

La devoción de los fieles se hizo presente en Zóquite.

ZACATECAS.- Sorprendido por la proyección internacional que logró la comunidad de Zóquite, el obispo de la Diócesis de Zacatecas, Sigifredo Noriega Barceló, realizó la consagración del templo de la Epifanía del Señor y el mundialmente conocido Niño Dios gigante.

Noriega Barceló destacó que esta ceremonia religiosa fue única para los feligreses, pues solo se realizan este tipo de eventos cuando se funda un templo nuevo.

El obispo se dijo asombrado por lo que realizó la comunidad, pues aseguró que todo es con base a la fe de las personas, ya que esta es capaz de mover montañas, pueblos y cualquier objeto que se proponga.

“Estoy contento de ver lo que puede llegar a mover la fe y hoy todo esto es mucho más visible, por eso también es digno de reconocer este fenómeno que está viviendo Zóquite, ya que si no hubiera sido por esto, no sería conocido en el mundo”, explicó.

El obispo Sigifredo Noriega dijo que todo lo que se ha vivido es una clara muestra del poder de Dios.

Agregó que pueden o no gustar las dimensiones, el color de piel, los ojos o el cabello del Niño Dios, pero lo importante es lo que representa y al final de todo se debe respetar.

Añadió que a partir de este acontecimiento, Zóquite tendrá la responsabilidad de ser un lugar con mejores personas, pues con la construcción del nuevo templo los jóvenes y los niños deben seguir el camino de Dios.

En la iglesia también estuvo presente el Gobernador Alejandro Tello Cristerna, quien previamente declaró que su primera petición para el Niño Dios de Zóquite sería que se acabara la violencia.

El gobernador Alejandro Tello acudió a la ceremonia.

Durante la ceremonia de consagración, el obispo realizó el rito de dedicación de un altar y de un templo, el cual indica que el lugar solo podrá ser usado para eventos religiosos.

Después, se realizaron algunos otros rituales que son parte del protocolo de consagración como la liturgia de la palabra, la cual indica el inicio a los ritos de la eucaristía, seguido de la letanía de los santos.

Enseguida dijo la oración de bendición y unción del altar, mediante la cual se bendijeron los muros del templo, para después concluir con el rito del incienso, que da lugar a una oración por parte de los sacerdotes.

Además, se realizó el rito del revestimiento del altar, que consiste en colocar una prenda blanca encima a fin de desear paz para el lugar.