Lo cierto se hace dudoso

Jaime Santoyo Castro.
Jaime Santoyo Castro.

El presidente AMLO acaba de llamar a la población mexicana a que no salga de sus casas. Por fin parece que ha tomado con seriedad la contingencia que nos azota, aunque, a decir verdad, la sociedad en su mayoría ya tomó sus propias precauciones y nadie espera sus directrices, por venir precedidas de una serie … Leer más

El presidente AMLO acaba de llamar a la población mexicana a que no salga de sus casas. Por fin parece que ha tomado con seriedad la contingencia que nos azota, aunque, a decir verdad, la sociedad en su mayoría ya tomó sus propias precauciones y nadie espera sus directrices, por venir precedidas de una serie de jugarretas, frases, acciones y expresiones sin sentido, que han dibujado a un mandatario vacilón que no sólo está desgastando la confianza depositada en él, sino en el concierto internacional está causando incredulidad e hilaridad por la frivolidad con la que se conduce y guía a los mexicanos a una catástrofe sanitaria, social, económica y política.

Soy por convicción un creyente de la institución Presidencial, porque fue diseñada para representar las aspiraciones de los mexicanos, orientadas a generar desarrollo, crecimiento, salud, empleo, seguridad, confianza, tranquilidad, armonía y paz social.

Tal es la encomienda de quien asuma el mandato presidencial; y para ello se requiere sabiduría, prudencia, seriedad y respeto a todos, no sólo a sus seguidores, a toda la población, y hasta ahora, con pena lo escribo, mexicanos y extranjeros vemos la displicencia y frivolidad con la que el señor Presidente enfrenta el diario acontecer nacional, dividiendo, enfrentando, menospreciando, descalificando, destruyendo, mintiendo, socavando las instituciones nacionales, provocando desconfianza, y eso no nos depara nada bueno. Ni a él, ni a México.

No podemos ver un México conducido con ocurrencias, como el decir que con un escudo o una estampita vamos a detener el Covid-19, o la expresión irrespetuosa y populista del gobernador de Puebla de que los pobres son inmunes al contagio.

Es en épocas de crisis cuando surgen los verdaderos líderes. AMLO emergió como líder en medio de una crisis de confianza por la desatada corrupción, impunidad, inseguridad y violencia, pero pareciera que olvidó que en la democracia la confianza no se da de una vez y para siempre, sino que debe conquistarse todos los días.

El mandatario debe detener la crisis; no causarla o agravarla. La situación emergente que vivimos debe aprovecharla como una oportunidad de demostrar para qué luchó tanto por ser presidente de México.

Está en tiempo para dar un golpe de timón a la nave que conduce y orientarla hacia un buen porvenir.




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