Enamorados de la inercia

Una revisión de las instituciones que funcionan mediante órganos colegiados permite la misma conclusión, las Cámaras del Congreso de la Unión, las Legislaturas Locales, los Cabildos Municipales, el Consejo General del INE y sus equivalentes en los estados, los Tribunales Electorales, el Pleno de la Suprema Corte y de los Tribunales Judiciales estatales son escenarios … Leer más

Una revisión de las instituciones que funcionan mediante órganos colegiados permite la misma conclusión, las Cámaras del Congreso de la Unión, las Legislaturas Locales, los Cabildos Municipales, el Consejo General del INE y sus equivalentes en los estados, los Tribunales Electorales, el Pleno de la Suprema Corte y de los Tribunales Judiciales estatales son escenarios desde donde se ofrece resistencia al cambio con más eficacia que los partidos opositores, la causa de que eso suceda reside en vacíos legislativos respecto a la determinación de los ingresos de sus integrantes y la falta de instancias disciplinarias externas en su cotidianeidad.

Las instancias de funcionamiento colegiado tienen la peculiaridades que estimulan el anidamiento de ineficiencias y privilegios, una muy importante es la capacidad jurídica o fáctica de auto-asignarse ingresos y condiciones de trabajo, a diferencia de otros sectores de la vida institucional; cada órgano aprueba lo que cada integrante percibe por concepto de salario o dieta, tal privilegio ha sido usado para despacharse con la cuchara grande a grado tal que lo que gana un regidor de Zacatecas, Guadalupe y Fresnillo supera con mucho lo percibido por especialistas del IMSS o docentes investigadores titular “C” en la Universidad de Zacatecas, lo mismo se aplica en caso de diputados y magistrados del Tribunal Superior de Justicia, hace falta un inventario de bonos para guardería, lentes, gasolina y despensas que ejercen los integrantes de estás cúpulas doradas para descifrar la mentalidad incubada en esos ámbitos que los desconecta con la realidad circundante para resistir hasta dónde su capacidad de sabotaje institucional se los permite la política de austeridad impulsada por el Presidente de la República.

Con la aprobación de la ley de austeridad republicana y el decidido apoyo ciudadano hacia la extinción de la burocracia dorada se han dado avances irreversibles

La vida cachetona

Existe otra área de ilegítimo privilegio aún intocada y es la referente a la laxitud de la vida laboral de los integrantes de la cúpula dorada, los legisladores pueden acudir dos veces por semana a sesiones ordinarias si es que quieren porque muchos ni eso, en la mayoría de las legislaturas acudir a sesiones de comisiones una vez al mes y disfrutar del receso cuatro meses al año, pero si su conchudez es “radical”, ni siquiera esas obligaciones mínimas cumple.

El Poder legislativo paga a otros para que haga el trabajo por el que el legislador se luce cuando no son las iniciativas del Poder Ejecutivo las que lo ocupan, con frecuencia. Los dictámenes no se discuten, un empleado de la cámara acudirá por su firma a su hogar cuando las circunstancias lo ameritan.

Un magistrado judicial puede incumplir su responsabilidad o dedicarse a firmar, concretándose a participar en las sesiones de sala plenarias y de sala. Lo mismo sucede en los cabildos que teniendo la obligación de sesionar solamente una vez por mes hay quienes hacen del ausentismo su marca.

En los cuerpos colegiados institucionales suele haber integrantes de alta moralidad, comprometidos con su función y frustrados por la indolencia de sus pares pero impotentes ante la situación, difícilmente el cuerpo de magistrados se va a “echar malas” con el compañero que se la pasa a todo dar en pláticas ociosas, atendiendo visitas ajenas a lo institucional y andando en todo menos en lo que le corresponde; lo mismo pasa con los regidores cumplidos a los que lo único que les queda es murmurar en voz baja “la desfachatez” de fulano.

En el Congreso local de Zacatecas consta en actas acumuladas a través de los años la “valiente decisión” de la presidencia en turno de descontar el día a los diputados “faltistas” cada vez que la falta de quórum hace crisis pero nunca se aplica.

La “Cuarta Transformación” debiera proponerse reformar el funcionamiento de las instancia públicas colegiadas cancelando la facultad de auto-asignación de ingresos a sus respectivos integrantes, promoviendo registros de desempeño externos y estableciendo instancias disciplinarias fuera del control de los cuerpos colegiados.

Horizontes de cambio

Nada de lo que aquí se sugiere debilita, al contrario, fortalece la misión de cada cabildo, legislatura, poder judicial y órganos electorales al poner a salvo la vida institucional de inercias internas sumamente nocivas.

La regeneración de las instituciones públicas es ejercicio permanente de los pueblos, lo que se plasme en la #Cuarta Transformación deberá modificarse, corregirse, perfeccionarse o reemplazarse según la dicte la realidad y la voluntad colectiva.

Ojalá que el futuro los mexicanos tengamos muchos políticos visionarios, estudiosos de su materia y con acendrado sentido preventivo y correctivo que nos evite andar tapando el pozo cuando ya se ahogó el niño.

Gente honesta y preparada al frente de la regeneración que nos saque de la degeneración institucionalizada. Nos encontramos el lunes en Recreo.




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