Violencia

Juan Carlos Ramos León.
Juan Carlos Ramos León.

La violencia sólo anda buscando un pretexto para hacer de las suyas, envilecer velozmente la voluntad humana y dejar atrás todo atisbo de sensatez para llevar a cometer a las personas los actos más atroces y deleznables que se puedan imaginar.   El estrés del trabajo, los desencuentros y desacuerdos emocionales con los seres queridos … Leer más

La violencia sólo anda buscando un pretexto para hacer de las suyas, envilecer velozmente la voluntad humana y dejar atrás todo atisbo de sensatez para llevar a cometer a las personas los actos más atroces y deleznables que se puedan imaginar.

 

El estrés del trabajo, los desencuentros y desacuerdos emocionales con los seres queridos y, en general, todas aquellas condiciones adversas que se interponen entre lo que queremos y lo que podemos, tienen prendidas en nosotros una especie de flamas a las que basta que se les sople un poco para que provoquen un verdadero incendio. Así, un incidente al ir conduciendo, una mala cara en aquel lugar al que fuimos a solicitar un servicio, o el comentario inoportuno por parte de un compañero de trabajo pueden ser la causa suficiente de una situación que lamentablemente traerá aún mayores desafortunadas consecuencias.

 

Y si bien, quede claro, ningún acto de violencia merece justificación alguna, yo sencillamente me encuentro perplejo ante lo que sucedió el sábado pasado en un partido de fútbol en la ciudad de Querétaro. Me pregunto qué diablos fue lo que pasó para que en un espectáculo deportivo que se supone que tiene un enfoque familiar, las cosas se hayan puesto de cabeza y el caos haya adquirido tales proporciones que la integridad física de muchos de los asistentes se encuentre comprometida a grado tal de peligro de muerte de algunos de ellos y cientos de niños hayan tenido que presenciar muertos de miedo tan dantescas escenas.

 

Estamos todavía desconcertados a poco más de una semana de que se inició una guerra que nos tiene a todos en el mundo al filo de la butaca, mostrando nuestra indignación por lo que está ocurriendo y afirmando que “la violencia no es el camino”, cuando ocurre esto ¡en un partido de fútbol! Queda claro que al enemigo lo tenemos en casa, y no me refiero al país o a la ciudad de Querétaro, cuando digo en casa me refiero a EN CASA. Algo no estamos haciendo bien al interior de nuestras familias y de nuestras comunidades cuando este tipo de sucesos ocurren.

 

El día de mañana se celebra el Día Internacional de la Mujer. Y ¿sabe usted cómo se están preparando en la Ciudad de México para celebrarlo? Colocando vallas metálicas en los exteriores de la Catedral Metropolitana y el Palacio Nacional para protegerlas de los muy posibles ataques por parte de los grupos de feministas radicales que ya han atentado en su contra en ocasiones anteriores.

 

Es momento de hacer una profunda reflexión sobre los males que aquejan a nuestra sociedad y también sobre la falta de paz que se suscita al interior de nuestros hogares e incluso de nuestras propias personas o ¿Cuántas tragedias más estamos dispuestos a permitir hasta que nos caiga el veinte de que no vamos por buen camino? Se lo dejo de tarea.




Más noticias


Contenido Patrocinado