Vetagrande

Juan Carlos Ramos León.
Juan Carlos Ramos León.

En estos días santos, los pobladores del municipio de Vetagrande se dispusieron a crear en sus calles distintos tapetes hechos con aserrín de colores, como lo hacen otras entidades de nuestro país principalmente para el Día de Muertos. A lo largo de un recorrido de aproximadamente un kilómetro, cada familia diseñó y preparó un tapete … Leer más

En estos días santos, los pobladores del municipio de Vetagrande se dispusieron a crear en sus calles distintos tapetes hechos con aserrín de colores, como lo hacen otras entidades de nuestro país principalmente para el Día de Muertos. A lo largo de un recorrido de aproximadamente un kilómetro, cada familia diseñó y preparó un tapete con distintos motivos, todos siguiendo la temática religiosa propia de las festividades de esta temporada. Así, se podían ver imágenes de la piedad (ese momento en que la Virgen María recibe en sus brazos el cuerpo inerte de Jesús, al pie de la cruz), el divino rostro, el Jesús de la Misericordia, el perfil de la Santísima Virgen, las tres cruces del monte calvario, el Sagrado Corazón, el sacramento de la eucaristía representado con cálices y hostias, y distintos elementos decorativos como flores y laureles. Muy bonitos retratos que dan un toque sumamente pintoresco al ya de por sí atractivo paisaje del poblado.

 

Desconozco si se trató de la iniciativa de alguna autoridad religiosa o municipal, pero tengo que aplaudirla. Tengo entendido que ya se había hecho con anterioridad, fue algo nuevo para mi, pero hago votos porque tenga continuidad y perfeccione su formato porque no cabe duda de que se trata de algo muy positivo que sólo trae el bien consigo.

 

Primero, porque se trata de una actividad que une a las personas, les da otra razón para hacer comunidad, para encontrar un punto más de coincidencia, y les hace darse cuenta de que son más las cosas que les unen que las que les separan. Segundo, porque toda expresión pública de la estética a través del arte y la cultura enriquecen el alma de centenares de personas más que, como un servidor, acudimos a disfrutarlas. Tercero, porque se genera flujo de visitantes activando la economía local. Sí debo de reconocer que tal vez faltó un poco más de visión en aquello para aprovechar el movimiento que se generó porque no había muchas opciones para comprar algún recuerdo o un simple refrigerio. Y estoy seguro de que si se realiza un censo con los propietarios de las tienditas de abarrotes y misceláneas, todos coincidirán en que sus ventas tuvieron algunos repuntes.

 

Estas son el tipo de acciones que hay que impulsar y promover y ojalá que se haga, porque en lo personal fui testigo de los esfuerzos que aquellas personas hacían por dejar listas sus obras y por tratar de mantenerlas en condiciones de lucir con todo su esplendor y este esfuerzo que, insisto, sólo acarrea resultados positivos, merece una atención y una promoción. Los seres humanos tenemos la necesidad de recibir y transmitir cosas buenas. En medio de esta tempestad de noticias negativas, este tipo de sucesos son como un oasis en el que se encuentran remanso y paz. Ojalá que usted haya tenido la oportunidad de disfrutar de este espectáculo y si no que lo tenga en cuenta para visitar Vetagrande el próximo año, los días santos.




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