Trabajo infantil en México, aún mucho por hacer

Justo ayer se cumplieron 20 años de que la Organización Internacional del Trabajo, determinó que el 12 de junio sea considerado como el Día Mundial contra el Trabajo Infantil. Una fecha que, sin duda, nos llama a la reflexión, a sensibilizarnos para hacer conciencia sobre los menores que son obligados a trabajar. El trabajo infantil, … Leer más

Justo ayer se cumplieron 20 años de que la Organización Internacional del Trabajo, determinó que el 12 de junio sea considerado como el Día Mundial contra el Trabajo Infantil. Una fecha que, sin duda, nos llama a la reflexión, a sensibilizarnos para hacer conciencia sobre los menores que son obligados a trabajar.
El trabajo infantil, es un serio problema social que interfiere con el correcto desarrollo de las niñas y niños. En su educación, ya que muchos casos de trabajo infantil derivan en abandono escolar; pero también en su salud por estar expuestos a accidentes, enfermedades, estrés, entre otras condiciones.
Se debe mencionar también que los menores que trabajan, al ser menos maduros, son menos conscientes de los riesgos propios del ejercicio de un trabajo. Y a todo lo anterior se suma que un infante que trabaja corre el riesgo de alejarse de las actividades propias de su edad, de disfrutar su niñez, de vivir plenamente.
En México, la regulación de este supuesto se encuentra en la Ley Federal del Trabajo, en su artículo 22 Bis, que prohíbe expresamente a los menores de 15 años a que puedan trabajar, y a los que se encuentran en esta edad y hasta 18 años, podrán hacerlo si y solo si, concluyeron su educación básica obligatoria.
A propósito de esta fecha, el INEGI dio a conocer algunas cifras sobre el trabajo infantil. En 2019, en nuestro país, había 28.5 millones de niñas, niños y adolescentes en un rango de edad de 5 a 17 años. De este universo, 2.2 millones de niños trabajaron, lo que representa un 7.5% de los niños de nuestro país.
Existen condiciones y actividades que, por su naturaleza, implican mayor riesgo en la integridad de los infantes, por lo que son clasificadas como ocupaciones no permitidas. 2 millones de niñas y niños laboró en esta condición y dato interesante: el 56.2% de estos infantes fueron empleados por un familiar.
Según el mismo informe, en Zacatecas, se registraron 45 mil niños y adolescentes que trabajaban. Así de grande es el reto que tenemos como gobierno y como sociedad, y en esa misma proporción debe ser la responsabilidad social de cuidar a nuestros niños, a ofrecerles una vida con salud, educación y libertad.




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