Pedofilia en Yemen

Después de unos agradables días en la playa, disfrutando de la placidez de mar, de la tranquilidad que ofrece la piscina, de los paseos con lluvia de verano y de saborear pescados y mariscos frescos, regresé a la plancha de asfalto con todas las actividades cotidianas que ello implica.  Como de costumbre, entré al internet, … Leer más

Después de unos agradables días en la playa, disfrutando de la placidez de mar, de la tranquilidad que ofrece la piscina, de los paseos con lluvia de verano y de saborear pescados y mariscos frescos, regresé a la plancha de asfalto con todas las actividades cotidianas que ello implica. 

Como de costumbre, entré al internet, el cual afortunadamente dejé olvidado durante las vacaciones, y lo primero que encontré fue una nota en el Facebook donde se informaba de la muerte de una niña de Yemen.
 
Ella fue obligada a casarse a los 8 años de edad, con un hombre cinco veces mayor que ella, y feneció por una hemorragia interna en su noche de bodas. 

La noticia, además de entristecerme mucho, me desconcertó. En febrero de este año había leído que, tras una gran batalla de la ministra de Derechos Humanos, Hooria Mashhour, se había elaborado un borrador constitucional que establecía la edad de 18 años para contraer matrimonio en ese país. 

Pero como Yemen se encuentra en un momento de graves problemas políticos, la disposición legal no había sido ratificada y la terrible práctica pedófila sigue en vigencia. 

Uno podría pensar que esa vergonzosa y aterradora costumbre sería enfrentada por los familiares de las menores, pero no es el caso. Por el contrario, son los padres, los tíos y los abuelos quienes obligan a las niñas a casarse con hombres mayores. 

Por ejemplo, en 2010, una niña fue encerrada y encadenada por su padre para obligarla a casarse sin el consentimiento de ella. En ese mismo año, otra menor, de apenas 13 años de edad, falleció desangrada a causa de los desgarros sexuales. 

Un año antes, una pequeña de 13 años, quien fue constreñida a casarse con un hombre de 70 años, intentó huir de su esposo, pero fue capturada por un tío que la mantuvo encadenada durante meses, en castigo por su rebeldía. 

No sé qué podemos hacer, pero no podemos quedarnos de brazos cruzados.

Imagen Zacatecas – Elizabeth Sánchez Garay