Necesidades idiomáticas

No hay la menor duda de que la Junta de Protección y Conservación de Monumentos Coloniales y Zonas Típicas del Estado de Zacatecas es una institución que ha traído muchos beneficios al Estado.

El más importante, la conservación y la coherencia que muestra el Centro Histórico.

Pero también hay que señalar que se ha convertido en un freno para las inversiones. Muchas fincas del Centro Histórico se están cayendo porque los integrantes de la Junta de Monumentos Coloniales no quieren que se toque nada y si nada se toca, pues terminará cayéndose; también, que parte del abandono del Centro Histórico es culpa directa de la cerrazón de la Junta.

Y ahora han dado un paso más adelante en esa torpeza de que nada se toque. Ordenaron que ningún negocio, excepto cuanto se trata de marcas registradas o de franquicias, tenga un nombre que no sea en español.

Concretamente, que ni el restaurante bar Milk y el café San Patrizio pueden llamarse así. Deben adoptar nombres en español. 

Pues al Milk le vamos a poner La Lechi, así con i para que se oiga más mejor.

Y al café San Patrizio, le pondremos Cafecito de San Pedro, para que suene más piadoso.

La verdad  es que la Junta está excediendo sus facultades y caminando por el terreno de la torpeza y la estupidez.

La conservación y protección de monumentos coloniales debe ser  un adecuado equilibrio para preservar lo que vale, lo que sirve, lo que tiene valor histórico con la necesidad de que haya inversiones precisamente para que los monumentos, edificios, casas y calles se mantengan.

La Junta debe ser una ayuda y un apoyo, no un obstáculo ni un grupo de viejitos y viejitas retrógrados que no quienes que nada se toque y ahora, que nada esté en un idioma que ellos no entiendan. Hasta el jueves.    

Imagen Zacatecas – Luis Enrique Mercado