Miguel Ángel, el devorador de navajas
Miguel Ángel Pacheco Sánchez realiza trucos que ponen en riesgo su vida y todo para darle de comer a su bebé de seis meses y poder estudiar la carrera de Químico Fármaco Biólogo.
ZACATECAS.- Miguel Ángel Pacheco Sánchez es uno de los artistas callejeros que segurito usted ha visto en los cruceros, ganándose la vida haciendo actos de circo en la calle, para entretenerlo en lo que usted va al trabajo.
Si usted va al cruce de las avenidas González Ortega y Juárez en el Centro Histórico, ahí se ubica entreteniendo a los automovilistas que esperan el verde del semáforo mostrando cómo el joven se come un filero.
Miguel a sus 20 años, ha encontrado en las calles el sustento para que a su familia no le falte nada, además de que así él puede pagar los gastos de sus estudios, pues actualmente está por terminar la preparatoria.
Miguel tiene un sueño y está luchando para conseguir sus objetivos al ingresar a la carrera de Químico Fármaco Biólogo.
Además de que es padre de familia y tiene a su cuidado un hijo de seis meses que permanece a lado de su madre mientras Miguel sale a ganarse el “pan” a las calles.
Miguel aprendió del circo Atayde
Miguel comentó que desde hace dos años se dedica a ofrecer estas presentaciones en los semáforos y que antes aprendió las técnicas gracias al personal del circo Atayde Hermanos en una ocasión que estuvieron en Zacatecas.
A mí me enseñaron los hermanos Atayde, pero aun así he tenido accidentes con machetes, mira esta cicatriz que tengo en la cabeza y también en mi garganta he tenido cortaditas, por eso a veces se me va la voz”.
Y es que con tal de ganarse el pan de cada día se ha llevado cada trancazo de la vida y hasta se ve más grande de edad, de tanto que ha vivido el chavo.
También, Miguel nos contó que le dedica 8 horas diarias a sus presentaciones y que el resto del día toma clases en línea pa’ acabar la prepa y cuidar a su hijo.
Ahí nos dice que cuando le va muy bien puede llegar a conseguir 300 pesos diarios en sus jornadas.
Un trabajo peligroso
Miguel en sus presentaciones callejeras (ahora sí que) arriesga el físico, pues además de que se mete cuchillos en la boca, se mete machetes y clavos por los ojos.
Dijo que sabe hacer malabares y todo lo que tiene que ver con espectáculos circenses, incluso comedia.
Antes de que se presentara en las calles llegó a trabajar en circos, lo que le permitió conocer otros lugares de la República y más allá de nuestras fronteras como Puerto Rico.
La gente me juzga por mi apariencia, pero la verdad me siento bien con lo que hago, a veces los policías me quitan, o vienen personas a cobrarme porque estoy haciendo uso de suelo”.
Miguel también ha trabajo como mesero, y aprovechando el traje se va ahí a los cruceros muy bien vestido para hacer sus actos de circo.
Añadió que cada día ofrece un espectáculo diferente porque sabe que es bien peligroso meterse navajas a la boca, pero él no se desanima y sin miedo sale cada día a darlo todo.
Es así como este joven sigue adelante en sus convicciones pues tiene un hijo a quien darle el mejor ejemplo y un futuro en la carrera que quiere estudiar.