Inteligencia Artificial

Juan Carlos Ramos León.
Juan Carlos Ramos León.

El documento en cuestión solicita una “pausa” para que se desarrollen e implementen un conjunto de protocolos compartidos para herramientas de inteligencia artificial que sean seguras.

La semana pasada, diversos medios difundieron una noticia que atrajo poderosamente mi atención y, estoy seguro, la de muchos. Hace referencia a que un grupo supuestamente numeroso de líderes tecnológicos, profesores e investigadores, entre los que se han mencionado al multimillonario Elon Musk y al cofundador de Apple, Stephen Wozniak, firmaron un documento solicitando a los laboratorios que trabajan en el desarrollo de diversos sistemas y tecnologías relacionadas con inteligencia artificial detener el entrenamiento de los sistemas más poderosos durante al menos seis meses argumentando “riesgos profundos para la sociedad y la humanidad”.

Esta frase a mi me pone los pelos de punta, no sé a usted, y más cuando entre los solicitantes a esta “pausa” se encuentran figuras destacadas del medio como las que le he mencionado. ¿Qué cosas sabrán ellos al respecto que nosotros no? ¿Podría el ser humano estar cavando su propia tumba al impulsar estos desarrollos? El documento en cuestión establece, entre otras cosas que esta “pausa” debería de aprovecharse para que se desarrollen e implementen un conjunto de protocolos compartidos para herramientas de inteligencia artificial que sean seguras “más allá de toda duda razonable”. Y hace mención, además, que “debe planificarse y administrarse con el cuidado y los recursos correspondientes” ya que “en los últimos meses los laboratorios de IA se han visto envueltos en una carrera ‘fuera de control’ para desarrollar y desplegar mentes digitales cada vez más poderosas que nadie, ni siquiera sus creadores, pueden entender, predecir o controlar de manera confiable”.

En otra parte de dicho documento se plantea la pregunta: “¿Deberíamos  desarrollar mentes no humanas que eventualmente podrían superarnos en número, ser más inteligentes, obsolecernos y reemplazarnos?”

Se vinieron a mi mente un montón de películas de ciencia ficción en las que se abordan tramas relacionadas a la inteligencia artificial tales como “2001: Odisea del Espacio”, “El Hombre Bicentenario”, “Yo, Robot”, “Terminator”, “I.A.” y una que se llama “Ella” en la que el protagonista ganador del Oscar, Joaquin Phoenix, se enamora y sostiene una “relación” con un novedoso sistema operativo que instala en sus equipos de cómputo con quien hasta llega a tener ciertos encuentros sexuales y que llega a decepcionarlo cuando le confiesa que, además de con él, sostiene ‘relaciones sentimentales’ con varios miles de usuarios más.

Aunque se trata de un tema que da para horas de reflexión y conversación yo quiero centrarme en lo siguiente: se necesita un orden. Y, en línea hacia ese orden, una serie de principios -en el documento los llaman ‘protocolos’- que dirijan y controlen las investigaciones y desarrollos en esta materia. Desde mi punto de vista deben de intervenir humanistas, estudiosos de la filosofía y teología en estas tareas porque por primera vez en la vida real y no en la ficción se plantea el riesgo de, literalmente, “ser reemplazados”. Volveremos a platicar sobre el tema, se lo aseguro.

Puede consultar el documento en www.futureoflife.org.

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