Grabador de la vida mexicana, Guadalupe Posada

Hoy se cumplen 104 años del deceso del creador de La Catrina, uno de los personajes más célebres de México, el grabador e ilustrador José Guadalupe Posada.  Nació en 1852 en la ciudad de Aguascalientes. Desde muy joven se inició en el dibujo satírico, pero a causa de lo intrépido de las ideas expuestas que … Leer más

Hoy se cumplen 104 años del deceso del creador de La Catrina, uno de los personajes más célebres de México, el grabador e ilustrador José Guadalupe Posada. 

Nació en 1852 en la ciudad de Aguascalientes. Desde muy joven se inició en el dibujo satírico, pero a causa de lo intrépido de las ideas expuestas que aparecieron en la publicación local El jicote, tuvo que abandonar su estado natal para después vivir en León, Guanajuato, ahí se empleó en una escuela secundaria como maestro de Litografía.

Las graves inundaciones que hubo en León en 1888, lo obligaron a mudarse a la Ciudad de México, donde recibió ofertas para trabajar en distintas empresas editoriales, entre ellas la de Irineo Paz, así que elaboró cientos de grabados para numerosos periódicos como La patria ilustrada, Revista de México, El ahuizote, Nuevo siglo, Gil Blas y El hijo del ahuizote, entre otros.

A partir de 1890 sus piezas  fueron de carácter nacionalista y popular, hizo historietas, liturgias de festividades, plegarias, cancioneros, leyendas, cuentos y almanaques, destacando La gaceta callejera y las hojas sueltas que incluían imágenes e información resumida de carácter diverso sobre acontecimientos de sensación.

Posada tenía ideas progresistas, y por ello creó caricaturas y bocetos sarcásticos consagrados, eran una crónica de la vida mexicana de la época, ponía al descubierto los sufrimientos de su pueblo bajo el yugo de los grandes terratenientes. 

Las manera en que abordó el aspecto de los políticos más influyentes de entonces, lo llevaron a la cárcel, y el gran número de encargos que se amontonaban en su taller le obligó a hacer una técnica nueva, el grabado al ácido en relieve, que era mucho más rápida.

En su trayectoria reunió más de 20 mil trabajos realizados en litografía y planchas de metal, podría clasificarse como expresionista ya que se destaca la extraordinaria imaginación, el gran sentido humorístico y la profunda capacidad crítica a las miserias y prejuicios de la realidad social y política.

De entre sua obras destaca la La Calavera Garbancera, conocida comúnmente como La Catrina, que se convirtió en un ícono nacional, y en sus creaciones resaltan los temas de ultratumba, desastres naturales y crímenes, entre otras cuestiones, como la serie denominada Don Chepito, que narra las desventuras de un solterón, una especie de antihéroe.

Fue un gran dibujante, un trabajador incansable y un asombroso artista. Posada murió pobre en la Ciudad de México en 1913 y sus restos, que nadie reclamó, fueron sepultados en una fosa común.

Considerado como un precursor del movimiento nacionalista en las artes plásticas por algunos de quienes lo protagonizaron como José Clemente Orozco, Diego Rivera, Francisco Díaz de León y Leopoldo Méndez. 

En 1933, 20 años después de su fallecimiento, fue redescubierto por el pintor Jean Charlot, quien editó sus planchas y reveló la influencia de Posada sobre muralistas de generaciones posteriores. 

Imagen Zacatecas – Anahí Encina