Consuelo

Antonio Sánchez González.
Antonio Sánchez González.

¿Qué puedo hacer para consolar a un amigo que ha sido abandonado por su cónyuge, que ha sido despedido de su trabajo, que se va, que está enfermo o afligido?

“… Pero ver llorar a un amigo”. En 1977, Jacques Brel puso en sus textos una descripción de la angustia que nos atenaza ante el dolor de nuestros seres queridos. ¿Qué puedo hacer para consolar a un amigo que ha sido abandonado por su cónyuge, que ha sido despedido de su trabajo, que se va, que está enfermo o afligido? ¿Se “debe” realmente de “hacer” algo? Saverio Tomasella, psicoanalista y doctor en psicología clínica, autor de “Esas amistades que nos transforman” lo confirma cuando dice, “el consuelo es de hecho una acción, una elección, un movimiento que requiere simpatía… “Pero la escucha discreta y benévola sigue siendo el requisito previo para cualquier consuelo y, a veces, la única ofrenda posible”.

Incluso cuando uno no puede tener esperanzas de consolar rápidamente a un ser querido que está en las garras del dolor, escuchar y guardar silencio ya será de gran ayuda. Según la filósofa Florence Ehnuel: “Sería absurdo tratar de relativizar la pérdida experimentada por un amigo”, dice en La Reformulación EmpáticaMuchas personas piensan erróneamente que acompañar pasivamente, sin hablar, o que escuchar al otro sin tratar de distraerlo de su dificultad es dejarlo hundirse. Sin embargo, observamos más bien lo contrario: la simple escucha es muy útil. Y, como pocas personas lo consideran, será muy valioso para quien lo reciba como consuelo.

Y así es por una buena razón: los dolores de nuestros seres queridos pueden ser intolerables porque nos remiten de vuelta a los nuestros, o a nuestra no asumida incapacidad para consolar. Y, después de haber escuchado brevemente, uno puede entonces sentirse tentado a ofrecer testimonio propio sobre cómo uno experimentó una situación idéntica, una solución al dolor del otro o una explicación. “Debemos tratar de evitar estos automatismos“, recomienda la misma Ehnuel. “Decirle a alguien que ha dejado a su cónyuge: ‘Estás sufriendo porque dependías demasiado de él’ o ‘Deberías pasar la página y conocer a otras personas’ será doloroso si ella no pidió consuelo”.

Y por querer ir demasiado aprisa “corremos el riesgo de crear resistencia“, añade Tomasella. Una persona que tiene dolor necesita desahogarse sobre sus sentimientos para sentirse bienvenido sin juzgar. “Cuando los signos de desahogo salen de ella, suspiros o silencios, es cuando se pueden decir palabras de consuelo”: “Puedes contar conmigo”, “Conozco tu capacidad para recuperarte de estas pruebas”…

Y no está prohibido, dice Florence Ehnuel, confesar los sentimientos de impotencia diciéndole al ser querido que nos gustaría ayudarlo pero que no sabemos cómo. “Por lo tanto, el amigo entiende que estamos a su disposiciónPorque lo más difícil del duelo es sentirse en soledad”. El consuelo tiene como objetivo “romper esa soledad devolviendo gradualmente al otro el sentimiento de su presencia entre los vivos”, explica Tomasella.

¿Qué lugar se debe dar al tacto en este contexto? “Algunos gestos pueden considerarse intrusivos”, advierte el psicoanalista. Especialmente cuando la persona tiene problemas para ser consolada porque le cuesta reconocer su fragilidad. A veces la dulzura de escuchar es lo suficientemente envolvente. En otros casos, tomar la mano será suficiente”. Florence Ehnuel incluso recomienda interrogar al amigo sufriente. Preguntarle: “¿Necesitas un abrazo?” evitará incomodidades.

Los muy cercanos no son los únicos susceptibles de brindar apoyo; sucede que un conocido lejano es más capaz de consolar que un amigo. “Si estás muy afectado por el sufrimiento de un miembro de tu círculo cercano, entonces puede ser más difícil“, admite Florence Ehnuel, porque consolar requiere paz interior.

No debemos abstenernos de acercarnos a una persona que conocemos poco, si parece necesario o lo solicita. “Esto no significa que te convertirás en su amigo más tarde“, dice Saverio Tomasella. Pero es posible poner algo de empatía a su servicio por un tiempo”.




Más noticias

antonio sanchez gonzalez
antonio sanchez gonzalez
antonio sanchez gonzalez
antonio sanchez gonzalez
antonio sanchez gonzalez

Contenido Patrocinado