Aspiraciones de superación académica

El primer día de clases estuvieron presentes diecisiete estudiantes. Iniciaba el curso propedéutico para comenzar los estudios de una Maestría en la Ciencia de los números y las regularidades. Fueron recibidos por el Director de la escuela, quien estaría atendiendo una de las materias medulares del posgrado. La mayoría de los asistentes desconocía a sus … Leer más

El primer día de clases estuvieron presentes diecisiete estudiantes. Iniciaba el curso propedéutico para comenzar los estudios de una Maestría en la Ciencia de los números y las regularidades. Fueron recibidos por el Director de la escuela, quien estaría atendiendo una de las materias medulares del posgrado.

La mayoría de los asistentes desconocía a sus condiscípulos, tampoco eran conocidos por el dómine, el cual subió al estrado del salón y dio un recorrido con la mirada con una actitud altiva, al tiempo que contaba con un índice rápido, a la manera de estar pulsando las teclas de una calculadora. Una voz fría emitió la cifra, paladeando con lentitud. “Mmmmh!” fue el sonido expulsado por su nariz ante el pesado silencio del aula.

“Son muchos…, pero unos diez que se salgan en el primer mes y otros dos en el transcurso del semestre, el grupo podría quedar cómodamente con unos cinco. Sí”.

La expresión sonó a sentencia. Varios se arremolinaron en su asiento incómodos. Algunos rostros esbozaron una sonrisa nerviosa bajando la cabeza, abriendo los ojos más de lo normal, intentando ver a derecha e izquierda y cambiando la mueca de su boca, en señal de disposición de escuchar la primera disertación, que “a todas luces” parecía ser el primer regaño. Los más jóvenes quedaron con la cara congelada por la sorpresa.

Sin inmutarse el maestro expuso la dinámica en la cual se desarrollaría el curso, iniciando con el primer tema en el estilo característico, según lo habían dicho los exalumnos. En el pizarrón escribía las definiciones, ilustraba con algunos ejemplos, ponía varios ejercicios en clase y dejaba decenas de situaciones de tarea, que servía como reafirmación de los contenidos vistos en clase.

Por los pasillos se hicieron bromas, apostando o imaginando quiénes desertarían en las semanas sucesivas.

Al final del mes fueron todos citados a comparecer ante el Consejo Académico, donde debían defender su Proyecto de investigación, pero la atención se centró en enfatizar la necesidad de disponer de tiempo para cursar la carrera, pues demandaría muchísimas horas de dedicación y entrega.

¿Cuántos anhelos de superación profesional quedaron truncados?, ¿Cuántos anhelos de superación pospuestos?, ¿Cómo influirían sus comentarios con otros aspirantes?, ¿Inhibiría la estadística?, ¿Cuántos desafíos presentaría la circunstancia o el estilo de docencia de los mentores? Las expectativas eran múltiples. Quedaron formalmente inscritos cuatro alumnos.

Aprovechó ese mes para avanzar en la exposición de los contenidos del programa. No hubo tal Curso Propedéutico, simplemente en la siguiente clase prosiguió con los incisos consecutivos.

Hace falta revisar las formas de generar interés hacia los estudios de posgrado, persuadir sobre la importancia de profesionalizarse, presentar escenarios de crecimiento, mostrar posibilidades para incursionar en horizontes de investigación, historias de casos exitosos, revelar situaciones y objetos de estudio en los que hace falta abordar para enriquecer la educación superior, constituir equipos para realizar trabajo colaborativo, con objetivos orientados a la generación del conocimiento.

Imagen Zacatecas – Huberto Meléndez Martínez