Debo decirlo… El Naufragio de la oposición

Es evidente la desesperación, una oposición que ha intentado por todos lados el tratar de revertir la indiscutible victoria de la 4T.

El pasado domingo, presenciamos el último debate presidencial antes de las elecciones del próximo 2 de junio, y no hay mucho que decir… claro, la candidata por la coalición “Sigamos haciendo historia” volvió a llevarse la victoria. Al igual que en los debates anteriores, la candidata del PRIAN nuevamente recurrió a su estrategia que, mediante el insulto, la calumnia y el mostrar cartulinas con mensajes burdos, trató a toda costa con una actitud agresiva el generar polémica y sacar de sus casillas a su homóloga candidata.

Claudia nuevamente mostró su profesionalidad y serenidad, mostró que entre los 3 candidatos es la más preparada para ocupar la banda presidencial, con una visión de nación en busca de bienestar y estabilidad, dando propuestas en diversos temas como seguridad, educación y política exterior.

Es evidente la desesperación, una oposición que ha intentado por todos lados el tratar de revertir la indiscutible victoria de la 4T. La guerra sucia, las calumnias y la politiquería, en estos últimos meses se han convertido en las herramientas de campaña del PRIAN, y que poco les ha funcionado, solo ha servido para demostrar su frustración por una evidente derrota.

La oposición, en su subconsciente sabe que no ganará la elección presidencial, lo único que les queda es tratar de conseguir el mayor número de escaños y curules para tratar de sobrevivir a este naufragio que ellos mismos han generado en las últimas décadas.

El electorado es sabio y elegirá a la mejor candidata, pero también es de reconocerse que una parte de él no tiene memoria, aquellos que buscan que una coalición que, durante años fueron los responsables del deterioro del país, lleguen a generar un cambio es absurdo, tan absurdo como aquellos que no creen en su desesperación, esos partidos que a pesar de tener ideologías completamente contrapuestas lleguen a unirse para contender y no perder el poder que tantos años usurparon, es completamente ilógico.

El proceso se termina y ya hay una definición respecto a la presidencia, y es menester reconocer el trabajo y oficio político de AMLO para superar a una oposición agonizante que, a pesar de contar con todo el dinero y medios de comunicación a su alcance, no pudieron contrarrestar con su liderazgo y estrategia.

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