Conmemora obispo 50 días de la resurrección

El Obispo de la Diócesis de Zacatecas, Sigifredo Noriega Barceló, celebró este domingo los 50 días posteriores a la muerte y resurrección de Jesús

ZACATECAS.- El Obispo de la Diócesis de Zacatecas, Sigifredo Noriega Barceló, celebró este domingo los 50 días posteriores a la muerte y resurrección de Jesús luego de señalar que saludaba con mucha alegría a todos los bautizados en el hijo de Dios.

Dijo que tal hecho le obligaba a pensar en tres momentos durante los últimos 90 días, para comenzar, el pasado Miércoles de Ceniza o 14 de febrero de este año, en el que muchas personas reconocieron: “polvo soy y al polvo volveré”, dijo.

La otra fecha fue la celebración del misterio pascual, que desde el Jueves y Viernes Santo “nos permitieron volcarnos como pueblo de Dios para contemplar la cruz y al crucificado, mientras que el Sábado Santo nos detuvimos ante la tumba de Jesús, seguido del poderoso Domingo de Resurrección”.

Noriega Barceló indicó que este domingo permitía la reunión de cada uno y de todos para recibir al Espíritu Santo mediante el pentecostés de cada uno de nosotros, por lo que se trataba de un gran día, “un acontecimiento de gracia, este domingo”.

“Los saludo de la misma manera en que el señor resucitado lo hizo desde aquel primer domingo de la historia, de aquel primer domingo de pentecostés de la historia para que su paz esté contigo, con tu comunidad, en estos momentos que vivimos tan especiales”, dijo.

Posterior a ello refirió que “en este momento, nadie podría decir que no vivimos momentos de una intensidad inusual, en los que nos pueden agobiar la sequía, la inseguridad y ante la cercanía de las elecciones, por lo que quiero que la paz de Cristo esté con ustedes”, citó.

Indicó a los presentes que todo inicia en el corazón de cada uno de ellos, “donde cada uno de ustedes vive, en donde solamente tu y Dios saben lo que está pasando por lo que no dejo de pedir por todos ustedes, para cada uno de ustedes: Ven, Espíritu Santo, llena este corazón y cada uno de los corazones”.

Al convocar a ese poder divino, le pidió por cada uno de los presentes y de los ausentes; “le pido que venga y encienda la llama de la fe, de la esperanza y de la caridad, ven Espíritu Santo, asiste a cada una de las almas en las que esa esperanza, esa fe y esa caridad se están apagando”, añadió.

De la misma manera y luego de encendida jaculatoria, Noriega Barceló pidió a los presentes animarse a seguir adelante, sin importar cuántas pudieran ser las durezas de la vida en este momento.

“Anima al que está agüitado, al que está sin alma y sin espíritu; ven Espíritu Santo y fortalece ese corazón para que, donde haya dureza espiritual, permite que vuelva a fluir la sangre”, dijo.